Tuesday, 8 March 2011

Uñas

Unos días atrás, mientras hacia acopio de productos de primera necesidad en el supermercado, coca cola, pan y jamón, una señora comentaba airadamente lo mal que estaba la situación con “los de ahora”. Nada que ver, decía ella, con “los de antes”.

Parece ser que su marido, interiorista o maderero, se quejaba mucho de la caída de las ventas en el sector inmobiliario y por consiguiente en la bajada de ingresos de su empresa, todo ello relacionado con el mueble.

Yo no preste mucha atención, hasta que escuche el término “chino” salir de esa boca enorme y grotesca.

La pájara en cuestión alardeaba, ahora, de su excelente manicura y del escaso precio invertido.

Yo enchufe el UHF y presté toda mi atención a ese relato tan fabuloso que suponía saber mas datos acerca de sus conocimientos teóricos y prácticos en el ahorro de la limpieza de uñas.

La cosa, creo, viene a ser así. “Los de ahora”, malvados ellos, joden a su marido creando paro por gusto y obligándole a cerrar la empresa. No se por que me temo que el pobre memo es un asalariado y poco mas. Mientras que con “los de antes” aprendió los placeres del derroche, el desenfreno y el mítico champán para todos.

Sintiéndose como un Warren Buffet del Levante Español se puso a exponer todos los por menores de la operación, dedos baratos. Bueno, el nombre es mío.

El truco es el siguiente, a mi marido deben pagarle la mayor cantidad posible por sus servicios, mientras que la inversión dedicada a mis placeres o incluso necesidades debe verse reducida al mínimo.

Esta señora creerá siempre en “lo de antes” y “lo de ahora”, y no la culpo. Mirarse al espejo y preguntarse que puedo hacer yo es algo que no esta alcance de cualquiera.

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